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Maras salvadoreñas, un peligro creciente en la región

En el año 2014, la policía nicaragüense capturó al pandillero salvadoreño Juan Elías García, miembro de la Mara Salvatrucha, quien estaba en la lista de los diez fugitivos más buscados por el FBI después de asesinar a sangre fría a Vanessa Argueta, de 19 años y a su hijo Diego Torres, de dos años.

García había entrado a Nicaragua, donde la policía lo detuvo y lo entregó al FBI, que lo trasladó a Nueva York para ser enjuiciado por sus crímenes. 

Igual que la Policía, el Ejército de Nicaragua ha estado trabajando coordinado con las fuerzas armadas del resto de Centroamérica, para impedir que los mareros crucen las fronteras.

En junio pasado, operaciones conjuntas de los ejércitos de Nicaragua y Honduras en su frontera común dejaron como resultado la captura de 25 delincuentes, la retención de 139 migrantes irregulares, la incautación de 26 armas, tres de ellas de uso restringido y 19 vehículos ilegales, además de mercadería y animales de contrabando.

La redada de pandilleros que acaban de hacer las autoridades de El Salvador confirmó que los mareros pueden moverse por Centroamérica con diferentes identidades y aspectos, porque no todos son tatuados y rapados como se ha creído y ahora usan hasta mamparas religiosas y crean negocios para financiarse, como los cárteles de la droga de otros países, dijeron comentaristas salvadoreños.

El golpe propinado por la Policía de El Salvador a las finanzas de la Mara Salvatrucha (MS-13), al capturar a Marvin Adaly Ramos Quintanilla, alias “El Piwa”, un supuesto pastor evangélico señalado de ser el jefe financiero de este grupo delincuencial, puso en alerta a las instituciones policiales del resto de Centroamérica.

La MS-13 es la pandilla más grande de El Salvador, seguida por la Barrio 18, y estas son a la vez las organizaciones criminales más fuertes en el triángulo norte de Centroamérica, que incluye a Honduras y Guatemala, en términos de ocupación territorial, según datos policiales.

El “pastor” Ramos Quintanilla es, según la Fiscalía General de El Salvador, uno de los líderes nacionales de la Mara Salvatrucha (MS-13), denominada terrorista por el gobierno salvadoreño.

Producto de las acciones de los mareros, en el 2015 la tasa de homicidios en El Salvador fue de 105 por 100,000 habitantes, la más alta del mundo. Guatemala y Honduras también se situaron entre los cinco primeros países con más homicidios, indican reportes de organismos internacionales.

El fiscal general de El Salvador, Douglas Meléndez, dijo a los periodistas que Marvin Adaly Ramos Quintanilla “era el principal organizador del plan terrorista intelectual de recolección de dinero, de extorsiones, muertes y el coordinador para la compra de armas”.

En febrero de este año, el supuesto pastor de la Iglesia Torre Fuerte de las Asambleas de Dios compró un fusil con mira telescópica por 1,600 dólares, reveló la Policía salvadoreña.

En el operativo en que fue capturado Ramos Quintanilla y otras 76 personas, los agentes policiales incautaron ocho armas de fuego, 17 celulares, 106 vehículos, 34,503 dólares, 17 bienes inmuebles y más de 30 cuentas bancarias inmovilizadas. La redada implicó el allanamiento de 155 casas.

l supuesto pastor Ramos Quintanilla “donó un bus a la iglesia en la que se congregaba, se ha podido sustentar durante las investigaciones”, dijo a medios salvadoreños el jefe de la Unidad Especial de Investigaciones de la Fiscalía General, Sigfrido Campos Crespo.

En cuanto al estilo de vida de Ramos Quintanilla, el investigador afirmó que “tenía una vida de lujos, era propietario de varios vehículos costosos y además tenía varios buses con permisos de circulación. No resulta extraño la donación del bus a la iglesia”.

 

 

 

 

 

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